Es uno de mis desayunos favoritos para los domingos, junto con las tortitas americanas. Hoy me los he hecho solo para mi, los niños no quieren y mi marido se ha ido de excursión con la bici.

Es realmente sencillo.

Lo más importante es separar la clara de la yema.
Batimos la clara con energia, y nada más verterla sobre la sartén hemos de remover con energía.
Cuando la veáis hecha, que es realmente rápido, echamos la yema, sin batir y seguimos removiendo.


Seguimos removiendo sin parar hasta que veamos que la yema se ha cocinado y sacamos del fuego. Una vez servido en el plato es cuando le echamos sal y pimienta.